martes, 5 de octubre de 2010

Capitulo 1 Un adios muy deseado (parte 1) [Instituto Hallow]


OLLAAAAAA de nuevoxD si creian qe esto habia terminadoxD se equivocan:P aun faltan cosas por publicar:D perdonen la tardanza, pero tenia compromisos u.u (Aviso que en mi ciudad continua siendo martesxD) Esta historia, es otra de mis nuevais creacionesxD Se llama Instituto Hallow, sinceramente me gusta mucho la tramaxD y con el tiempo veremos si austedes tambienxD Este capitulo sera narrado por una de las protagonistas:) Annie^^ disfrutenlo(K)

Aclaracion: Las siguientes partes de la historia, se publicaran despues:)


PD: Todas las historias publicadas hoy, continuaran siendo publicadas, una vez que haya concluido con UN HERMOSO RAYO DE LUZ, solo los muestro como regalo de aniversarioxD besos(K)

Capitulo 1 (Annie)

Desperté sudando, nuevamente ese sueño que me había estado atormentando por semanas. Realmente no recordaba en qué consistía el sueño, pero algo dentro de mí me decía que siempre era el mismo. Mire el reloj, eran las 5:40 am, faltaban 20 minutos para que sonara mi despertador, así que me volví a recostar cómodamente en mi cama, pero por más que intente no pude dormir ni un minuto más.

-Bien.-Susurre frustrada mientras me levantaba de la cama. Tome mi ropa y toalla que se encontraban en una silla con sumo cuidado, pues no quería despertar a mis compañeras de habitación, Susan y Megan.

Me di una larga ducha con agua caliente, esto me ayudo a ponerle un orden a mis pensamientos. Me cambie tranquilamente y me puse el horrendo uniforme del “Mejor Internado Femenino del País, Saltore” según los conocedores. Tal vez si fuera el mejor internado par a mujeres, pero no por eso el uniforme dejaba de ser menos feo. Resignada me puse la larga falda dos dedos debajo de la rodilla color guinda y la enorme camisa blanca fajada y el chaleco color guinda, las largas calcetas blancas y mis zapatillas negras, las zapatillas eran lo único “casi” decente de este uniforme. Realmente era excelente que este colegio no aceptara hombres, pues no era nada atractivo que nos vieran con este terrible uniforme. Quien había diseñado estos uniformes para las alumnas, debió de haber estado muy enojado con ellas, pues no imaginaba que alguien pudiera imponer un uniforme de este tipo sin que su único objetivo fuera la venganza, pues nadie tenía tan mal gusto en la moda… o tal vez si… me peine y maquille tranquilamente, y justo cuando terminaba de ponerme un poco de brillo labial, petaron la puerta bastante fuerte debo añadir.

-Sal de ahí.-Grito Megan.-No eres la única que se quiere bañar en este dormitorio…

Megan o Meg como solíamos decirle, era mi mejor amiga, aparte de Susan, claro. Nos habíamos conocido en la guardería de un centro comercial, cuando una niña me robo mi paleta, Megan le dio una buena jalada de cabello mientras le gritaba que eso no era correcto, la a niña llorando me entrego la paleta y me ofreció unas MUY sinceras disculpas con la promesa de jamás volver a hacer algo similar. Desde entonces Meg y yo somos muy buenas amigas, Ella siempre ha sido impulsiva, enojona, explosiva, imprudente, entre otros muchos defectos, pero sin duda es una excelente amiga, una gran confidente, un apoco incondicional, siempre en contra de las injusticias y siempre siento tan… ella. Su familia es de clase media, pero desde que se convirtió en amiga, mis padres prácticamente la adoptaron, le han dado todo lo que ella nos ha permitido darle, pues no era muy fácil convencerla de aceptar las cosas, ella es lo bastante orgullosa como para no haber aceptado que mis padres pagaran sus estudios, aunque ellos jamás la dejarían desamparada, le han hecho creer todo este tiempo que ha sido acreedora de una beca, la cual ella acepto gustosa, lo cual fue genial pues así pudimos continuar las 3 juntas y ella tendría algún pretexto para estudiar sin avergonzarse.

Susan era completamente diferente. A ella la conozco prácticamente desde que nací, pues ambas somos vecinas y yo soy solamente un día mayor que ella. Su carácter es amable, dulce y tranquilo. Siempre intentando ayudar a los demás, es algo callada pero eso no evita que todo mundo quiera ser su amigo, todos saben que siempre contaran con ella, nadie se atreve a herirla desde 3 grado, pues el ultimo tonto que lo intento… digamos que no le fue muy bien. Susan podrá ser fiel e incondicional, pero una vez perdida su confianza, es casi imposible recuperarla. Desde que nos mudamos las 3 a este internado, ella se ha portado como toda una dulce madre, a pesar de ser la menor de las 3.

-Aun falta una hora para el comienzo de clases.-Le dije con una sonrisa desafiante.

-Pero hay gente que le gusta llegar temprano.-Olvidaba mencionar que aunque a Megan ame ser rebelde y aparentar que no le importa nada, a ella realmente le importa mucho el estudio.

-Perdón, olvide que tenías una cita con tu novio el libro.-Dije y comencé a reír fuertemente. Ella solo me dio un golpe en la cabeza e intento hablar, pero los nervios de que supiéramos que le gustara estudiar la traicionaron y comenzó a tartamudear.

-A… yo… el… yo hablaba por Susan, ya ves que ella se preocupa demasiado.-Yo no podía soportar mantener la risa, así que deje que esta fuera libre y se expresara con sonoras carcajadas.

-Ajam.-Conteste sarcásticamente.

Megan estuvo a punto de contraatacarme, pero en ese momento salió Susan de la cocina.

-Parecen un par de niñas de guardería. Megan metete a bañar que se nos hará tarde. Y Annie, deja a Megan, si a ella le gusta estudiar o no, no es nuestro asunto…

-Oye yo…-Interrumpió Megan.

-Al baño AHORA.-Ordeno Susan remarcando el “ahora” y señalando la puerta del baño.

Megan se introdujo rápidamente en el y yo no pude evitar reír nuevamente.

-Y tú, a desayunar.

Deje de reír y me dirigí a la cocina a ingerir el delicioso desayuno que siempre nos preparaba Susan, pero antes de llegar a la cocina, Megan saco su cabeza del baño y grito:

-Pero que quede claro que a mí no me gusta estudiar.

¡Ya báñate!-Gritamos Susan y yo mientras Susan mientras le lanzaba su pantufla hacia la puerta.

Las tres reímos alegremente mientras continuábamos con nuestras actividades. Éramos prácticamente como hermanas, siempre contaríamos la una con la otra… o eso es lo que yo siempre creí.

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