martes, 5 de octubre de 2010

Capitulo 1 Nuevo Comienzo (El juego del amor)

BuenoxD Esta historia es del prologo que publiqe hace algun tiempo, espero qe les guste tanto como amixD Y REPITO: Todas estas historias las continuare, solamente, una vez que haya terminado de publicar UN HERMOSO RAYO DE LUZ!!!


Gracias por el apoyo:P Esta es una nueva historia qe me encanta:P El capitulo es narrado por Ashley, la protagonista de esta historiaxD disfruntenla:D esta historia al igual qe la otra, tendra todod tipo de po

Capitulo 1 (Pov Ashley)

Respire profundamente el exquisito olor de las flores que mi padre me había enviado a la escuela, era mi cumpleaños de 10 años y a cada hora que pasaba más regalos tenia. Este era mi día preferido del año, el día en que todas las atenciones y regalos iban destinados a mí, nada importaba más que yo. Bueno… aunque casi todos los días de mi vida parecía mi cumpleaños, pues mis padres se desvivían por cumplir mis caprichos y los de mi pequeña hermana de 7 años, Jane.

Desde su llegada las cosas habían cambiado bastante, pues de pasar a tener a mis padres atentos a mí en un 100% pase a tenerla en un 50%. No me molestaba mucho, pues yo ya había disfrutado de ello por 3 maravillosos años, pero aun así no me gustaba la idea de que todo lo que yo quisiera ella también lo deseara. Aun así era imposible no amarla, era la cosita más hermosa que jamás hubiera visto… claro, sin contarme a mí. Además su ternura era inhumana. Pasaba varias horas al día enseñándole cosas que había aprendido en la escuela, quería que mi hermanita fuera la mejor de todas, después de todo, era una Montevier y como tal debía desempeñar un buen papel ante la sociedad.

Recuerdo claramente aquel día, como la pase felizmente entre el amor y cariño que toda mi familia irradiaba, soñaba con vivir alguna vez el gran amor que mis padres demostraban tener, ellos eran mi todo, mi mundo.

Pero hay un dicho muy sabio “nada dura para siempre” o “nada es lo que parece”. Cuando cumplí 11 años mi burbuja de felicidad comenzó a quebrantarse lentamente… mis padres habían comenzado a tener peleas, y mi padre viajaba mucho fuera de la ciudad, cada vez había más distancia entre ambos… hasta que a los 13 años mi padre nos abandono para irse con otra mujer…

Jamás le perdonare ello, el había formado otra familia sin importarle el daño que pase yo, ni el daño que le provoco a mi pobre hermanita de 10 años, ella era tan pequeña y joven que no comprendía bien lo que pasaba, yo no sufrí mucho, pues varias familias de mis amigas habían pasado por lo mismo… pero lo que me cambio radicalmente fue la muerte de mi madre, de ese ser que no fue culpable más que de haber amado incondicionalmente a mi padre… mi madre, la criatura mas bondadosa que jamás había conocido, se había enamorado de un infeliz, un patán como mi padre…

Mi madre murió de amor… poco a poco se fue deteriorando su aspecto físico, hasta que un día su corazón dejo de latir. Eran demasiadas cosas las que sufrí en aquellos momentos, pero lo que más me dolía era mi pobre Aurora, ese angelito tan puro que no tenia culpa alguna de todo lo que sucedía a nuestro alrededor. Y desde entonces me hizo una promesa: Protegería a toda costa a mi hermanita, y jamás me enamoraría como lo había hecho mi madre, al grado de morir por la agonía del amor. Esta parte de mi vida me enseño una lección importante: si quieres ser feliz, no ames a los hombres, ellos están hechos solo para jugar y divertirte con ellos… a mi corta edad de 13 años había descubierto que podía enamorar a cualquier muchacho que deseara y así lo hacía, jugaba con ellos, los hacía enamorarse de mí al borde de la locura, y después los dejaba sin más ni más. Y así pasaron los años, mientras que yo crecía como una mujer fría, calculadora y manipuladora de hombres, me encargue de que mi hermana siguiera siendo la misma chica dulce y amigable. Ambas habíamos ido viviendo en diferentes ciudades del mundo aprendiendo idiomas y culturas diferentes, aunque la verdadera razón por la que durábamos uno o dos años en cada ciudad se debía a que me corrían de las escuelas por mal comportamiento y además de que salir con los mismos chicos me aburría en sobremanera.

Ambas habíamos pasado a estar bajo la tutela de la única hermana de mi madre, Ángela. Y tal como su nombre, ella era como un ángel para nosotras, nos cuidaba como si fuéramos sus propias hijas, pues ella jamás se caso y por lo tanto no tuvo hijos, además de que éramos lo único que quedaba de su amada hermanita, mi madre.

Actualmente tengo 17 años. Y desde hace 4 años no veo a mi padre, el ha hecho hasta lo imposible para volver a verme, pero después de haber conocido al modelito que eligió de su esposa, me negué al resto de su familia, aunque el paga absolutamente todos mis gastos y los de mi hermana, pues aunque vivamos con mi tía que también es sumamente rica, el nos manda cada mes una suma muy considerable de dinero. Pero ni aun así le perdono todo el daño que nos causo, y por lo tanto me niego rotundamente a verlo. Pero no por ello mi hermana a dejado de ver a mi padre, al contrario, no he permitido que ningún tipo de rencor crezca en ella y por eso ellos dos se ven muy a menudo. Ella suele viajar cada dos fines de semana con él y su nueva familia; su esposa, un hijo de ella de mi misma edad y a la pequeña Giselle de 3 años.

Mi hermana lo es todo para mí, y jamás, por ningún motivo dejare que ella se llene de rencores ni odios ni ningún sentimiento negativo, antes de que mi madre muriera yo había jurado solemnemente que cuidaría de ella de todos y todo y esa era una promesa que cumpliría.

-Vamos, Ash.-Me dijo mi hermana en nuestro viaje rumbo a Nueva York… nuestro nuevo destino.-En realidad me gustaría pasar más de unos cuantos meses en esta ciudad, estoy cansada de viajar tanto, quiero establecerme en un lugar, tener amigos duraderos. ¿Podrías intentar que no te corran de esta escuela antes de cumplir mínimo un año? Por favor ¿por mi?-Me rogaba mientras me ponía su dulce carita de ángel.

-No lo sé, Jane. La verdad Nueva York no me agrada mucho que digamos. ¿No preferirías que viviéramos en Paris?

-No… Nueva York me agrada. Por favor…

-De acuerdo… viviremos aquí un año, no pienso portarme bien por más tiempo. Pero además, debes de prometer que tendrás las mejores calificaciones de tu salón, porque si no lo logras, nos mudamos a Paris. ¿De acuerdo?

-Trato. Gracias, Ashley. Sabía que lo harías, enserio eres la mejor hermana del mundo. Te amo.

-Yo más.

La abrace fuertemente, ella era mi mundo… ella era mi todo. Jamás podría hacer nada que la dañara y ella lo sabía perfectamente. La verdadera razón por la que no duráramos tanto tiempo en una ciudad, además de que me corrían, mi papa jamás permitía que estuviéramos en escuelas normales, siempre había hecho que estuviéramos en las mejores escuelas del mundo, las más caras y las de mejor calidad. Ya que llegáramos a Nueva York tendríamos una semana para desempacar y aclimatarnos a nuestra nueva ciudad y al siguiente lunes acudiríamos a “El instituto Lincoln” mi nueva pesadilla.

-Hemos llegado.-Dijo mi tía mientras nos bajábamos del auto.

Era una mansión sumamente enorme y muy bella, era color crema y tenía una enorme fuente frente a la casa. Aunque yo realmente no me fijara mucho en los detalles, con que le costara mucho dinero a mi papa estaba feliz. Jane se bajo corriendo buscando su nueva habitación y yo la seguí lentamente y con paso grácil para no perder el glamur. Cuando hayo la que quería, elegí la más cercana a la suya y ambas nos dirigimos a la gran cochera que tenía más de 10 autos último modelo a nuestra disposición, y cada una eligió el suyo. Deje que Jane eligiera su auto primero, pues aunque ninguna de las dos tuviera permiso para manejar y necesitáramos chofer, siempre quería que ella estuviera lo más cómoda posible. No preste mucha atención al auto que eligió, solo sé que era un hermoso carro blanco. Por mi parte elegí una pequeña camioneta negra con quema cocos en la parte de atrás.

En el transcurso al centro comercial, descubrí que mi chofer era sumamente guapo… me divertiría un tiempo con él, era obvio que jamás saldría con él, pues una de mis reglas era no salir con alguien pobre, y era obvio que él no era muy rico que digamos, pero en esos momentos estaba demasiado aburrida. Mientras estábamos en un semáforo en rojo me baje de la parte trasera del auto y me senté en el copiloto. El me miro estupefacto por unos segundos e intento hablarme pero tartamudeo un poco.

-¿Cómo te llamas?-Pregunte sonrientemente.-Yo soy Ashley.

-Mi, mi no-nombre es Josh.-Contesto tartamudeando

-¿Siempre eres tan elocuente?-Pregunte con la sonrisa mas coqueta que pude en esos momentos intentando aguantar un poco las risas que amenazaban con salir.

-Se-señorita, no prefe-feriría ir atrás…-continuo tartamudeando pero un poco menos.

-No, me aburrí estando atrás sola, prefiero estar acá enfrente… contigo.-Continúe haciendo énfasis en el “contigo”.-Pero si te molesta… me puedo ir nuevamente para…

-No.-Me interrumpió nervioso, pero después carraspeo su garganta y continuo con tono más galante.-Me encantaría disfrutar de su… compañía.

Sonreí interiormente, ya lo tenía. Continúe haciéndole platica, y me entere de sus gustos, el soñaba con ser un gran músico y estaba ayudando a su madre con los gastos de su casa con este nuevo empleo de chofer. No tenía novia. Le gustaba el golf, entre otras cosas. Cuando llegamos al centro comercial me reuní con Jane y su chofer, el cual también era sumamente guapo, aunque no mas que Josh. Después de haber elegido todas las cosas para decorar nuestras habitaciones y haber contratado los servicios necesarios como el de pintura, etc. Mi hermana decidió irse a casa a estudiar un poco y yo le dije que yo me quedaría un rato más en el centro comercial.

-¿Te gustan los bikinis, Josh?-Le pregunte mientras nos dirigíamos a una de las mejores tiendas de ropa del centro comercial.

-Bi-bikinis.-Dijo mientras tragaba saliva.

-Así es, vi que tenemos una gran piscina en casa y como en Canadá por el clima no podía usarlos… pues no tengo… y me gustaría mucho que tú me dieras tu opinión… digo… si es que quieres.

-Por supuesto.-Se adelanto a decir.-Digo… lo que usted ordene señorita.-Dijo después de carraspear un poco la sonrisa.

-Entonces, andando.

Camine lentamente y muy sensual frente a él y cada tanto giraba mi rostro para verlo embobado por mí. Conquistar chicos era uno de mis deportes favoritos, uno que me era sumamente fácil lograr. Y Josh era perfecto para mi juego. Me probé los bikinis más sexys y provocadores que halle, y en cada uno modele lentamente ante él. Me encantaba ver sus reacciones. Después de haberme divertido lo suficiente, decidí que era momento de irnos y no compre absolutamente nada, lo cual lo confundió un poco, y por sus acciones supe que interpreto todo de modo que creyó que me había enamorado. Ha, si supiera que solo jugaba con él. Aun así, como ya me había cansado de coquetear y de que el intentara conquistarme, decidí irme en la parte posterior del auto y después de escucharlo un rato mas hablar sobre su familia me hice la dormida. Odiaba que me hablaran de las familias y mas a un lo que me conto el… al parecer su hermana necesitaba una operación y muchos cuidados, y como él y su madre trabajaban tenían que dejarla a cargo de una tía… eso me hacía sentir mal y por algún loco motivo hice algo que nunca haría.

Al llegar a casa me dirigí a Samanta, mi nana desde que había nacido y le dije que hablara con Zacary, su esposo y nuestro mayordomo que viajaba con nosotras a todos lados y encargado del personal y le dije que le comentara que le tenía un trabajito especial…

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