Capítulo 31 Primer dia (Melissa & Armando)

Sin mucho mas que decir les dejo el capitulo que espero qe disfruten muchoxD!
amo sus comentarios! encerio qe me emocionan^^ encerio mil gracias^^ & este capitulo se lo dedico a mi hermosa hermana:D x qe oy es su cumple!!^^(^) felicidades hermanita te deseo lo mejor, te amo(K)


POV Melissa

La noche era fría, y mis nervios hacían estragos con mi estómago. Mañana seria mi primer día de clases y más nerviosa no podía estar. Había tenido que abandonar a mis antiguos amigos, por estar ahora aquí… con MI Armando, pero no me arrepentía, estar con el simplemente era lo mejor que me había pasado en toda mi vida. Estaba nerviosa, pero no tenía miedo a mi primer día de clases, no mientras que mi chico lobo este por ahí cuidándome siempre, lo único que odiaba seria que habría chicas interesadas en MI Armando. No es como si él les fuera a hacer caso-Viva la imprimación- pero no por eso dejarían de interesarse en él.

Salí por un momento de la cabaña que compartía con Sofí. La mansión de Armando, tenía aparte varias cabañas alrededor muy bien acondicionadas, mis padres decidieron vivir en la mansión mientras que Sofí y yo decidimos estar más al contacto con la naturaleza –Las cabañas estaban más cercas al bosque, y era un gran alivio para los licántropos mientras mis papas estuvieran acá, pues habría menos riesgo de rebelar el secreto-. Necesitaba un poco de aire fresco, me acerque a uno de los arboles donde sabía que había ropa escondida y tome una camisa de Armando, necesitaba tener algo de el cercas. Inhale profundamente su aroma, era tan exquisito y me tranquilizaba bastante. Regrese a mi habitación y caí profundamente dormida con la prenda de Armando entre mis brazos…

POV Armando

El sol comenzaba a hacer acto de presencia. Ya me había alistado pues el sueño se me había espantado. Respire profundamente el aire y pude notar la esencia de Melissa en el ambiente. Verifique con oído, vista y olfato que no hubiera nadie despierto, y gracias a dios no había. Me escabullí entre las cabañas y al llegar a la suya, su exquisito aroma me golpeo. Era una especia deliciosa, toda una droga para mí, mis pies comenzaron a acercarse a ella automáticamente y me detuve al ver la escena frente a mí; Melissa estaba dormida en su cama con una camisa mía entre sus brazos, eso me hizo sentir tan… bien. Una sonrisa se formó en mis labios sin poder evitarlo, ella me hacía sentir tan pleno, tan dichoso, ella lo era todo para mí. Me acerque silenciosamente a ella y le di un ligero beso en la mejilla esperando que no se despertara por mi atrevimiento… pero ella causaba tantas sensaciones maravillosas en mí, que simplemente no pude evitarlo. Y antes de irme, mire una almohada en el suelo, aun lado de la cama de Melissa, la tome entre mis manos para colocarla a su lado, pero su aroma estaba tan impregnado en ese objeto en particular que me fue imposible no llevármela conmigo… total ella tenía mi camisa.

Me encerré en mi cabaña y me abrace a la almohada durante unas horas. Hasta que uno de los trabajadores me aviso que todos me esperaban para desayunar. Me senté al lado de Melissa y le dedique una sonrisa, gesto que nadie además de nosotros dos percibió. Nos despedimos de sus padres y nos dirigimos al instituto. Sofí estaba que no cabía de alegría, quería conocer como seria la escuela en la reserva. Ella era la mejor cuñada que pudiera haber tenido, nunca se quejaba de nada y a todo le hallaba el lado positivo, era nuestro pequeño ángel. Así la considerábamos yo y Melissa.

Después de que nos dieran a cada uno nuestros horarios nos desilusionamos al verificar que las primeras 3 horas nos tocaban diferentes clases, pero las últimas 5 nos tocaban juntos, eso fue lo que nos animó. Cada uno se dirigió a sus clases.

Mi primera clase era literatura. Solo la primera mitad de la clase puse atención al maestro, la otra mitad no pude evitar pensar en Melissa… ¿Cómo le estaría yendo? ¿Estaría pensando en mí?

Apenas y pude notar como pasaron las tres horas, tres horas en las que me pase pensando en Melissa, esquivando chicas e intentando poner atención a clase. En cuanto se acabó mi clase me dirigí a paso veloz hacia la clase de Melissa que aún no terminaba. Cuando llegue rompí un lápiz con mi mano; un chico la miraba demasiado a MI Melissa y le mandaba cartitas que gracias a dios ella ni tan siquiera se molestaba en leer, pues en cuanto se las daba o más bien, lanzaba, ella las tiraba para otro lado. En cuanto me vio Melissa, una sonrisa se formó en sus labios y su miraba mostraba suplica. En cuanto se acabó la clase ella salió para ponerse a mi costado y el chico ese venia tras de ella, bese lentamente los labios de Melissa enfrente de ese tipejo, el me miro burlonamente y le dijo a Melissa algo demasiado inapropiado, un rugido broto inevitablemente de mis pulmones, y mis manos comenzaron a temblar, Melissa estaba roja, de pena y coraje, el tipo ese me miro con miedo.

-Olvídalo, men. Solo bromeaba.-Dijo el imbécil con las manos a la altura del pecho intentando calmarme.
-Ella es mi novia, más vale que ni tu ni ninguno de tu “amiguitos”-Dije haciendo énfasis en la última palabra, refiriéndome a todo los tipos de la escuela que osaran acercarse a mi Melissa.- Se le acerque, o si no… no seré responsable de mis actos.

En cuanto dije eso note como comenzaban a esparcirse todos los alumnos que se habían acomodado a nuestro al redor esperando a ver una pelea que a mí me hubiera encantado realizar, pero mi prioridad era Melissa. Ya había dado mi ultimátum, y no creo que a la siguiente me pueda contener.

Melissa me tranquilizo dándome un pequeño beso en la mejilla y ofreciéndome una hermosa sonrisa.

-Gracias, mi héroe.-Dijo mientras me despeinaba, no pude evitar sonreír olvidando toda la rabia que minutos antes me había embargado.
-De nada, mi vida.-Le dije mientras nos encaminábamos a nuestra siguiente clase.

Durante la hora del almuerzo y el resto del día ni una chica o chico volvió a insinuarse a ninguno de los dos, al parecer habían comprendido la directa y eso ciertamente que me alegraba.

Cuando íbamos de regreso a casa, Sofí nos ataranto contándonos TODO su día, al parecer ya había hecho amigas y le encantaban las materias, antes de llegar a casa las lleve a mi heladería preferida. A ambas les encanto la nieve. Después nos dirigimos a nuestra casa. Me encantaba pensar que era NUESTRA casa, me hacía sentir el hombre más afortunado.

Durante la comida, todos nos bombardearon con preguntas a las que contestamos alegremente, solo evitamos hablar sobre el pequeño incidente del idiota que se le insinuó a Melissa.

La semana paso tranquila, asistíamos a las clases, hicimos amistades, todo era normal. Lo mejor de todo es que ya nadie se nos insinuaba a ninguno de los dos, de repente alguna chica ilusa se me acercaba, pero de la manera más atenta que podía-que no era mucha-les daba una rotunda negativa. La verdad es que mi lado obscuro brotaba si no estaba Melissa a mi lado, y esas chicas siempre me encontraban de malas.

Ya habían pasado dos semanas y no habíamos tenido noticias de Juliet, Noah y Aron, comenzábamos a preocuparnos, pero Sofí siempre encontraba la manera de entretenernos a todos. Últimamente se le había dado eso de hacer a puestas. Mientras los padres de Melissa no estaban, aprovechábamos y nos adentrábamos todos al bosque y comenzaban las apuestas sobre quien podría era más veloz o cosas así. Melissa amaba subirse a mi lomo y recorrer los bosques, sacaba su lado infantil maravillándome aún más con lo tierna que podía ser. Sofí amaba la velocidad, siempre se subía en Jordán incitándolo a una carrera y si él no quería ir veloz, lo retaba diciéndole gallina-eso lo volvía loco- y comenzaba la verdadera carrera.

Nos divertíamos al máximo, eso aminoraba considerablemente la tensión, y todo gracias al pequeño ángel de la manada-Ahora todos la considerábamos nuestro angelito-.

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Después de terminar la guardia me dirigí a la casa. O más bien mansión, como la llamaba Melissa. Allí estaba ella con una gran sonrisa en los labios. Me acerque a ella y los bese. Ella me correspondía y después se alejó de mí, le hice un pucherito y ella rio.

-Te tengo muy buenas noticias, amor.-Me dijo alegremente.
-¿Te quedaras a mi lado para siempre?-Le pregunte con una sonrisa.
-Eso ya lo sabias.-Dijo y beso mis labios.-Pero te tengo otra noticia, Juliet, Aron y Noah vuelven.