Capitulo 8 Promesas (Armando)

Olaa gente!!! Aqui les traigo un nuevo cap ^^ se que habia dicho que hasta el 10 pero no... jaja aqui se los traigo & espero que lo disfruten muchoxD! dejen su comentario sobre que les parecio x favor!!! gracias a todas por el apoyo!! se los agradescoo!! las quiero:D besos♥ & dejen muchos rayitos de luz!!!

Llegamos a su casa, ya comenzaba a amanecer. Habíamos ido todo el tiempo a paso lento y platicando de cosas sin importancia, tomados de la mano. Dios, esta chica iluminaba mi existir con su sola presencia.

-Bueno, creo que es hora de que entre.-Dijo ella vacilando su paso.
-Sí, creo que es hora.- Realmente me pesaba dejarla, pero ese era su lugar y yo debía de volver al mío, y a mi realidad.
-¿Te veré pronto?-Me dijo con ojos de suplica.
-Siempre que quieras.-Dije mientras le acomodaba un mechón de cabello.
-Entonces que te parece si vienes a las cuatro.-Dijo mientras esbozaba una gran sonrisa.-Claro, si es que no me castigan.
-Sera un placer para mi.-Mis ojos estaban iluminados, lo podía sentir. Me acerque a ella, pegue mi mejilla con la suya y en su oreja susurre.-Nos vemos.-De la manera más sensual me fue posible, y le di un beso en la mejilla.
-Nos vemos.-Dijo sonrojada, dio media vuelta y entro a su casa a paso torpe. Era increíble que hasta caminando casi a tropezones se pudiera ver tan sensual a mis ojos.

Podía sentir todavía la calidez de su mejilla en mis labios, me alegraba de haber sido lo suficientemente valiente para hacer eso, si no, tal vez no hubiera podido soportar estar tanto tiempo sin ella.

Me escondí en los arbustos, en el lugar perfecto para tener visión del lugar y poder escuchar lo que hablaban sin que me vieran. En cuanto entro, su mama la tomo en brazos y besos y la felicitaba, la señora me había visto y decía que estaba muy orgullosa por su nuevo novio. Jajá Novio, me gustaba que ella pensara eso de mí, aunque no fuera cierto. Melissa se puso colorada y le dijo que solo era un amigo, de vuelta a mí triste realidad. Su papa la veía con cara de desaprobación y la regañaba por su conducta, pero al final le ordeno que se fuera a su habitación con un castigo de “sin salidas”. Ella no dijo nada y subió a su habitación enojada por lo que alcance a divisar. Subió a su habitación y su mama detrás de ella mientras le fruncía el seño a su marido y movía la cabeza de manera de desaprobación.

Subí a un arbusto para poder ver mejor. Su madre trataba de calmarla, y Melissa le hablaba de mí. Un momento ¿le hablaba de mí? Me acerque más para poder escuchar mejor.

-Ya, Melissa dime la verdad ¿ese chico es tu novio?
-Que no, mama. Ya te dije, es solo un amigo que conocí hoy.-Ella estaba enojada, y en un hermoso color rojo que la hacía ver chistosa. Trataba de esconder lo mas que podía su ropa sucia con mi suéter, que por cierto no lo habían notado aun sus padres y realmente me encantaba que llevara algo mío con ella, se miraba preciosa.
-Un amigo MUY guapo, Melissa. Lo tienes que aceptar, hija.-Su mama le hablaba mientras levantaba las cejas una y otra vez en cara picara.
-Si mama, demasiado guapo para ser cierto.-Se puso más colorada y escondía la cara de su mama, mostrándomela a mí por la ventana, con una pequeña sonrisa que mostraban sus hermosos labios. Dios, era tan hermosa, con solo verla así me daban ganas de entrar a su habitación y robármela. Y le parecía ¡guapo!, esto era genial.-Pero solo es un amigo.-Su cara se puso triste, borrando cualquier señal de sonrisas y eso me hizo sentir miserable, quería protegerla y no me podía acercar, esto era tan frustrante. Me hubiera encantado entrar saltando a su habitación gritándole que la amaba, y que jamás lo dejaría de hacer, que me diera la oportunidad para ser alguien especial en su vida. Pero eso me era imposible, no era el momento y menos estando ahí mi futura suegra presente.

-Bueno, hija. Me iré a dormir, te quiero. Descansa.-Se levanto y antes de que llegara a la puerta Melissa le hablo.
-Espera mama, veras… Hoy vendrá Armando.-Me encantaba mi nombre cuando ella lo pronunciaba.- y… pues…no podre salir con el estando castigada… y quería saber… si tu…
-No te preocupes, cariño, yo hablare con tu padre. Ahora descansa si no quieres estar toda ojerosa cuando llegue Armando.- Apago la luz y salió riendo del lugar. La mama de Melissa ya me estaba agradando, era genial.

Melissa suspiro y se recostó en su cama mientras sonreía y olía mi suéter. Lo que daría por estar en estos momentos a su lado. Después se levanto y comenzó a quitarse mi suéter. Decidí que era momento de irme y así fue.

Ahora tendría que enfrentarme a lo que tanto le había huido. Mi manada. Y tenía una cita pendiente con Susana. ¿Por qué lo había hecho?, pero ahora si me las pagaría. Primero coloque mi ropa en uno de los muchos árboles donde habíamos escondido ropa mis amigos y yo en casos de emergencia, entre en fase y me dirigí corriendo a la casa. Cuando llegue cambie de fase, me puse algo de ropa y entre a paso veloz y enojado, ahora si me vengaría de Susana. Pero cuando entre, solo encontré a Paula y Gabriel abrazados con la cara triste sentados en el sofá.

-¿Qué paso?-Dije preocupado al ver que nadie se daba cuenta de mi presencia.
-Arm.-Me dijo Pau mientras se abalanzaba a mis brazos y comenzaba a llorar.- Pensé que nunca vendrías.
-Aquí estoy chiquita.-Dije tratando de tranquilizarla.- Ahora si ¿me dirías que paso?, ¿Dónde está Susana?- Dije las últimas palabras escupiéndolas
-Se fue.- Lo dijo en un hilo de voz y con la vista hacia el vacio.
-¿Qué? ¿Cómo que se fue?- Me había alterado y comenzaba a temblar.
-Tranquilo deja que te explique.-Dijo Paula mientras me tomaba de los brazos.- Inhala y exhala… así, así. Bueno… será mejor que te sientes para que escuches la historia.

Tome asiento a regañadientes mientras me preparaba para escuchar la historia.
(…)
Cuando Paula termino de contarme, tenía la vista en el vacío, no podía creer todo lo que había pasado Susana por mi culpa, y yo ¿Cómo le había pagado? Solo dañándola más. Era un cobarde y un miserable, como había podido dañar así a la niña que tantos suspiros me había robado de pequeños. Ahora recordaba, de pequeños Susana era mi novia de mentiritas, y frente al lago cuando ella se iba a ir habíamos hecho una promesa…

-No quiero que te vayas, Su.- Había dicho yo entre sollozos. Su, así le llamaba yo de cariño.
-Yo tampoco me quiero ir, Mado.- Ella también lloraba, mientras me abrazaba fuertemente.
-Entonces no te vayas, hay que fugarnos.- Había dicho yo con una ilusión de no separarme de mi amor de la infancia.
-No puedo, Mado. Me tengo que ir, pero antes prométeme algo…- Dijo mientras se limpiaba las lagrimas con su vestidito rosa con bordeado floreado.
-Lo que sea, Su.- Dije mientras imitaba sus movimientos.
-Prométeme que cuando seamos grandes, me buscaras y nos casaremos.
-Pero… Su… yo no me quiero casar…
-¿Ni conmigo?- Me pregunto mientras soltaba en llanto nuevamente.
-Bueno, bueno, no llores, Su.- Dije mientras levantaba su carita con mi dedo y levantaba mi otra mano en firme juramento mientras decía.- Yo, Mado, prometo que cuando sea grande, me casare con mi linda Su. Listo, pero, Su… Solo nos casaremos de mentiritas ¿verdad?- Yo era muy pequeño en ese entonces, y solo jugaba a eso para complacerla.
-Claro, Mado.- Soltó una de sus típicas risitas que tanto amábamos todos.- Nos casaremos de mentiritas una y mil veces.
-En ese caso.-Dije mientras me arrodillaba.- ¿Se casaría conmigo de mentiritas, dulce Su?- Pronuncie las últimas palabras imitando a las películas que siempre mirábamos.
-Por supuesto, mi valiente, Mado.- Dijo mientras escupíamos en nuestras manos y las juntábamos en símbolo de nuestra promesa…

Esa había sido nuestra promesa, ahora comprendo él porque me miraba y me trataba de esa manera cuando volvió, yo no había cumplido mi promesa. Sin duda alguna la extrañaríamos todos, pues aunque fuera así, tan egoísta, presumida, egocéntrica… era nuestra amiga, y le debíamos muchas cosas. Solo me resta desearle lo mejor y esperar a que vuelva pronto a su hogar y con su familia. Porque eso somos, una familia…