Capitulo 7 ¡Oh Dios! (Melissa)

Bueno pues aqui les dejo otro cap:)... & 2 noticias!! una buena & la otra mala... Ahi les va la mala
publicare hasta el 10 de noviembre:( si lo se aun falta mucho
& de ahi hasta el 20 de noviembre!!!! si se qe falta aun mas jaja
pero la buena noticias es que de ahi publicare mas seguido!!! bueno ya!! las dejo para que lean el capxD Disfrutenlo mucho las quiero:D!!!! & dejen sus rayitos de luces please!!! jaja si dejan muchos muchos talves publique otro cap antes!!!! las quiero besos♥

Comencé abrir mis ojos, para sentir que me encontraba nuevamente en sueños. Estaba entre los cálidos brazos de Armando, quien me miraba con una ternura inmensa y acariciaba mi rostro con uno de sus gruesos dedos, nuestra mirada se encontró en lo que para mi fueron los 5 minutos más bellos de mi vida. Pude haberme quedado así por el resto de mi vida, en esa mirada tan hermosa, pero en ese momento recordé que me encontraba con un chico que acababa de conocer, a la mitad de la noche y en medio de la nada, un momento ¿noche? ¿Mitad de la nada? Mi familia. Me matarían si no estaba en casa antes del atardecer y parecía que estaba a punto de amanecer. Me pare en un salto, asustando a Armando que se paró enseguida acercándose a mí.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Te sientes mal?- Comenzó a bombardearme con preguntas, su tono de voz delataba la preocupación que sentía en esos momentos por mí. Al pensar en que ese chico tan maravilloso se preocupaba por mí, una sonrisa se dibujo en mis labios y otra en los suyos respondiendo a la mía, dándose cuenta de su exageración de preguntas.
-Si estoy bien. Es solo que… ¿Qué horas son?- Si que me costaba concentrarme estando cerca de él, su belleza y perfección eran un delito.
-Son más o menos las…-checo su reloj de mano y me contesto tiernamente.- las 10 de la noche.
-Las diez.- Mis ojos se abrieron de golpe.- o no ¡me van a matar!- dije mientras me dejaba caer en el piso con la vista en el vacío.

- ¡Claro que no!, yo jamás permitiré que nadie te dañe.- dijo mientras se arrodillaba frente a mí con vista de suplica y tomaba mi mano con las suyas. Note como me iba poniendo colorada y mi corazón se aceleraba.
-Entonces, llegaste en buen momento para salvarme de mis padres.-dije mientras soltaba un risita y terminaba de juntar nuestras manos, ese era un momento sin dudas especial.
-No te preocupes, yo me echare la culpa.- Este chico era maravilloso, pero no sabía a lo que se enfrentaba con mis padres. Ellos podían ser maravillosos, buena onda y geniales. Pero no más no los hicieras enojar porque era como ponerte la soga al cuello.
-No te preocupes tú, no pasa de que me metan a un convento o que me encierren en un calabozo.
-¿Qué? No, antes de eso te secuestro.

Duramos un buen rato así, sentados uno al lado del otro, frente a una fogata, tomados de las manos y riendo al compas de las risas del otro, me impresionaba la facilidad con la que convivíamos, parecía como si nos conociéramos de toda la vida. El momento iba perfecto, pero en ese momento recordé algo y no pensé dos veces en pronunciar mis preguntas.

-Oye… tú y yo tenemos una conversación pendiente…
Al decir eso su cara borro toda sonrisa y soltó mis manos.
-Ah… ¿sí? ¿Cuál?
-Jajaja sabes, eres un muy mal mentiroso.- Dije tratando de quitar la tensión que se había hecho.- Tú sabes muy bien que platica.- le dije mirándolo a los ojos.
-Pensé que no lo recordarías… no es malo guardar las esperanzas.- Dijo viéndome a los ojos y dándome una sonrisa que me derretía.- Pero en vista de que no te darás por vencida, “al mal paso, darle prisa”. Dime cuáles son tus preguntas.- me dijo mientras me lanzaba una mirada penetrante y se acercaba mas a mí.
-am pues… ¿Cómo me encontraste?-Cielos, este chico me ponía cada vez más nerviosa, claro, en el buen sentido, me moría por lanzarme a sus labios.
-Estaba paseando con Paula y en eso te encontramos desmayada en medio del bosque.-Me dijo muy tranquilo. ¡Genial! La primera impresión que tenia de mi, era estar tiradota en medio de la nada, ¿Qué habría pensado de mi?-Siguiente.
-¿Qué pensaste de mi cuando me encontraron?-O ¡Dios! ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué le había preguntado eso? Sentí como me iba tornando colorada.
-Pensé que eras la chica más hermosa que jamás había visto.- O ¡Dios! Ahora estaba total y completamente roja. Él lo noto y me dedico otra sonrisa que me derretía, mientras tocaba mi nariz con su dedo y me decía.- Siguiente.
-¿En dónde estábamos cuando desperté?... la primera vez.- Tenía que cambiar de tema, si no terminaría como la sustitución de la nariz de Rodolfo el reno.
-En mi casa de campo.
-¿Casa? ¡Eso era una mansión!- Yo y mi bocota, pero es que enfrente de él, era inevitable ser simplemente yo y no podía guardarme nada estando cerca de él.
-Jajá un pequeño regalo de mis padres antes de que murieran.
- O lo siento.- Otra vez yo y mi bocota.- yo… no… no quería hacerte sentir mal.- dije y vi como me daba una sonrisa que no le llego a los ojos.
-No te preocupes, no me haces sentir mal, pero mejor cambiemos de tema.
-Mm, que te parece si ¿me llevas a mi casa?
-Seria un placer, pero primero creo que sería bueno que cambiaras de ropa, tus padres te matarían si te vieran así.- dijo mientras soltaba una risita y me señalaba. Un momento ¿mi ropa? Voltee a verla y ¡santos cielos!
-¿Qué me paso?- dije algo sobresaltada.
- Mientras dormías te has de ver revolcado en algún lugar antes de que te encontrara. Toma ponte mi sueter para que cuando llegues no te vean la ropa.-Dijo mientras se quitaba su suéter y me lo ponía caballerosamente. Acaso este chico ¿tenía algún defecto?
-Gracias. Oye ¿cambiaste de ropa?- o ¿solo era mi imaginación?, en la tarde llevaba un pantalón y ahora traía puesto un shorts.
-Am sí, es que me dio algo de calor.- ¿calor? ¡Yo me estaba congelando!
-Bueno, nos vamos.-Dije sonriente mientras le ofrecía mi mano.
-Nos vamos.-Dijo esbozando una ancha sonrisa y tomando con sus cálidas manos la mía...