Capitulo 42 La nueva vida de una neofita (Parte 1)

OlaaxD aqui traigo un nuevo capituloxD lo iba a publicar ayer, pero esqe tube visitas el fin de semana & cuando por fin pude publicarlo me qede dormidaxD
jejej asi que aqui les traigo el cap, espero qe les guste & comenten por favor, los siguientes capitulos seran mas cortos a como los tenia acostumbrado(seran la mitad de largos:$)
aun asi espero que les guste, & si les gusta please comenten (minimo digan: lo lei) o algo asi, si no les gusta diganmelo(claro, con comentarios positivos para mejorarxD) bueno, sin mas que decir les dejo el cpaitulos^^ los quiero:D besos(K) Mapita:)

-Ahhhhhhh.-Grite entre el llanto debido al agobiante dolor.

No era consciente de nada hasta que sentí como mi cuerpo se quemaba por dentro, primero comenzó en mi cuello y de ahí el ardor comenzó a extenderse por todo mi cuerpo, sentía como si clavaran millones de agujas ardientes una y otra vez en los mismos lugares, si acaso existía un infierno, yo me encontraba en el, pues no concebía el sufrir tanto sin estar en este, de pronto sentía latigazos de llamas en mi cuerpo, era un dolor incomparable, no recordaba haber tenido uno tan fuerte… de hecho no recordaba nada, solo el constante dolor que me invadía en estos momentos. Con cada segundo el dolor aumentaba y la desesperación me torturaba. Abrí los ojos en busca de alguien, pero estaba sola en un lugar sumamente obscuro, no era capaz de vislumbrar absolutamente nada, gritaba con todas mis fuerzas, intentando que alguien viniera y me ayudara… pero no fue así, sentía las lagrimas correr libremente por mi rostro… pero esa agua salada no apagaba para nada el ardor que me embargaba, era como si no fuera exterior… más bien interior. Sentía como si el fuego me consumiera… dolorosa y lentamente, ya no podía más. El tiempo parecía infinito y como al parecer nadie se atrevería a socorrerme deje de gastar mi energía gritando y mejor utilizarlo en un mal intento por calmar ese dolor, pero era imposible, este parecía implacable, intente moverme de mil maneras, sujetarme de la tierra que se encontraba bajo a mí para que el dolor disminuyera un poco, pero nada de lo que hacía lo lograba. Mis venas ardían y pronto mi garganta comenzó a arderme, sentía los extraños movimientos que mi cuerpo hacia por mero instinto de supervivencia, me era sumamente difícil respirar y pronto mi corazón comenzó a latir desaforadamente, con esto el dolor aumento considerablemente provocando que mi cuerpo se moviera agresivamente.

Hasta ese momento me percate de que no estaba sola, escuchaba jadeos y un par de corazones aparte del mío, mis ojos se abrieron de golpe y pude observar que frente a mi había un hermoso muchacho de ojos verde oliva, y junto a él una muchacha preciosa de ojos similares. Sus expresiones me preocupaban, pero no intente descifrarlas ya que el agobiante dolor dominaba en mis pensamientos. La chica intento acercarse a mí, pero el muchacho se interpuso entre nosotras. Sentía como el dolor aumentaba mas, como si eso fuera posible, mientras mi cuerpo intentaba apagar ese insaciable fuego que me consumía, la muchacha seguía observando… estudiándome, al igual que su acompañante, solo que este me observaba más precavido. Como pude me pare, fue demasiado difícil, todo un reto, pero tenía que contribuir a que el dolor disminuyera.

Comencé a gritar y suplicarles clemencia, que me ayudaran, que se apiadaran de mi y apagaran un poco mi dolor, pero hasta para mí me era difícil entender lo que intentaba decir, ya que el llanto y dolor no me permitían hablar claramente. Ambos se taparon los oídos y cerraron los ojos, dándome a entender que no les importaba cuanto sufriera…

-Tranquila…-Susurro la joven.

¿Tranquilizarme? Como podía lograr aquello si sentía un dolor desmesurado e incontrolable, la observe con odio ¿Cómo podía decirme eso? Claro, ella no era la que estaba siendo quemada en vida. De pronto el dolor hizo nuevamente acto de presencia con más potencia, haciendo que me olvidara de lo que estaba pensando y me llevara las manos al corazón. Este no era el momento de odio, era un momento de supervivencia, gire mi rostro hacia ellos y con todo el dolor que me agobiaba les suplique que me ayudaran. La chica me miro contrariada, sentía como mi corazón comenzaba a latir más lento que nunca… su fin se acercaba podía sentirlo, moví mis manos rápidamente, como si esto fuera hacer que recobrara su rápido latir, pero nada funcionaba, el dolor comenzaba a disminuir junto con mi palpitar, me preparaba psicológicamente, posiblemente se acercaba mi muerte… si no es que ya había muerto, de cierta forma era mejor morir y dejar de sentir ESTO, a continuar con ello sin tener nada a lo que aferrarme o algo por lo que luchar. Y en eso… paro, ocasionándome un fuerte dolor, grite con todas las fuerzas que me quedaban y me deje caer al suelo en un golpe seco que rompió un poco la estructura del suelo. Ya no sentía dolor… solo sentía mi garganta arder y la tierra del suelo en el que me encontraba.

¿Qué me estaba pasando? No comprendía nada, mi corazón ya no palpitaba, pero yo aun seguía con vida, tal vez moriría en cualquier momento. Ahí es cuando reaccione y comencé a sollozar, yo no quería morir a un, no recordaba nada… pero eso no significaba que no quería vivir y experimentar cosas…tal vez tenia familia, gente que me quisiera… comencé a gemir por las desgracias que me embargaban ahora, emocionalmente, pero no salían lagrimas de mis ojos, por dentro estaba deshecha sin conocer el motivo y mi único instinto fue el de llorar, lleve mis manos a mi rostro intentando secar lagrimas que no se hallaban… me ardían los ojos pero de ellos no salía ni una sola lagrima. ¿Qué pasaba aquí? Me lleve las manos a mi corazón, intentando sentir una vez más mi corazón… pero nada, no podía ni escucharlo, ni sentirlo. Mi garganta me ardía, el dolor en mi cuerpo había desaparecido excepto en esa zona, comencé a sollozar y gimotear con mayor fuerza ¿Por qué no había muerto? No recordaba ni sentía razón aparente por la cual vivir, de pronto en mi mente comenzaron a aparecer escenas borrosas, no las podía distinguir bien, pero causaban sumo dolor en mi corazón, mis manos comenzaron a temblar al igual que mi cuerpo debido a mi llanto con escases de lágrimas.

-Espera, por favor no te aremos daño…-Dijo la muchacha captando nuevamente mi atención.

Me había olvidado completamente de ellos, un gruñido salió de mi sin poder evitarlo, ellos seguían impunes mientras yo era algo anti natural ¿Qué me habían hecho? Sentía la rabia e ira recorrer libremente mi cuerpo mientras deseaba que sufrieran tanto o más como yo había sufrido, una nueva faceta en mi había nacido, una salvaje y agresiva. El joven nuevamente se interpuso entre nosotras y de su pecho broto otro gruñido y mi sed por que sufrieran aumento, mi vista se clavo en su pecho y vi como su camisa se desgarraba y cortaba la fina capa de piel que tenía, la cueva pronto se lleno de un delicioso olor que hizo que mi garganta ardiera aun mas, como si todo el dolor que habitaba en mi cuerpo solamente su hubiera concentrado en esa parte en especifico, sentía que mis sentidos estaban mucho mas desarrollados, con mi vista y olfato seguí la dirección procedente de ese delicioso aroma que me ponía la piel chinita, y finalmente la halle… provenía del pecho del joven de donde brotaba la sangre, sentía algo acido aparecer en mi boca y un deseo voraz apareció en mi, quería SU sangre, me agazape lista para atacar y cuando me lance, ellos desaparecieron, como si todo hubiera sido una simple ilusión. No comprendía nada. ¿Acaso mi agonía había sido capaz de jugar de esa manera conmigo? Posiblemente estaba dormida… y todo esto era una terrible pesadilla. Si, eso debía ser. Pellizque uno de mis brazos haber si despertaba… pero no obtuve la reacción que deseaba, solo me provoque un fuerte dolor.

Mire a mí alrededor, en busca de algo que me dijera quien era, o a donde pertenecía. Pero nada, solo había soledad a mi alrededor, en esa obscura cueva abandonada, salí de allí en busca de algo… a lo mejor había alguien allá afuera buscándome y yo tenía que ayarla o ayarlo, amigos, familia… pareja… algo debía de tener, amenos… que eso fuera la razón de mi sufrimiento y yo hubiera creado ese fuego que me había torturado por tanto tiempo, buscando salir de mi agónica realidad. Si… tal vez eso había sucedido y yo me negaba creer que no tenía a nadie… había tantas emociones en mi, seguía con sollozos y sin embargo ni una gota salieron de mis ojos, con todas mis fuerzas grite y golpee a un árbol con mi pierna, este se quebró y voló en varias estillas que caían lentamente al suelo, las mire contrariada ¿acaso yo había hecho eso? No… me negaba a creer que yo fuera un monstruo, pero pronto todo tubo sentido para mí… yo estaba sola en el mundo precisamente por ello, yo era un monstruo. Me lleve las manos a la cara por mero instinto, algo ilógico pues no había nada en ella que ocultar o que secar.

Comencé a correr, intentando de algún modo huir de aquel pensamiento, no podía creerlo, pero correr… digamos que solo constato el hecho de que yo era un monstruo, pues corría a una velocidad impresionante, me detuve y comencé a respirar agitadamente, algo que lleve tal vez por costumbre, pues no sentía la necesidad de respirar de aquella manera. Escuche pasos acercarse y un gruñido broto de mi pecho instintivamente, busque un lugar en el cual esconderme… pero no había nada, comencé a caminar hacia atrás y pronto choque con un árbol, lo mire detenidamente, este era sumamente alto… ¿qué tal si…?

-No, ni lo pienses.-Me dijo una vocecilla en mi interior.
-Vamos… no es tan alto, además eres un monstruo, no te pasara nada.-Me dijo otra vocecilla.
-Es peligroso…

Me debatía interiormente entre subir o no, pero pronto sentí sus pisadas mas cercas y sin pensarlo dos veces me subí en el árbol. Lo hacía con tal facilidad que había comenzado a pensar que toda mi vida lo había hecho. Pronto tuve visión de quienes se acercaban, era nuevamente el chico al que había dañado… entonces todo aquello no había sido un sueño y otra de mis peculiaridades era dañar, intente no respirar, yo era un monstruo y no podía permitirme el lujo de seguir hiriendo a quienes me rodearan… los recordara o no. Pero no venia solo, venía acompañado junto con un joven sumamente bella… a cierto punto que llegue a sentir un poco de celos, también venían con ellos un rubio, con demasiada belleza, de cierto modo me recordó a el joven al que había herido, pero pronto me saque esa idea de la cabeza y me concentre en su otro acompañante, un hermoso hombre con cabellos color cobre, todos eran sumamente bellos, tal vez eran ángeles o dioses, que iba a saber un monstruo como yo algo como aquello. Pronto se percataron de mi presencia y la joven se llevo al muchacho que había herido a la espalda, comenzaron a hablarse, yo concentre toda mi atención en ellos. El joven de cabellos cobrizos les dijo que yo los escuchaba y que estaba a la defensiva, no supe cómo se entero el de aquello, pero me alegraba que lo supiera, tal vez había visto mi posición a la defensiva y su instinto de supervivencia le había avisado que huyera, pero al parecer el chico tenía un problema porque en lugar de alejarse se acerco a mi e instintivamente gruñí.

Pronto sentí una oleada de tranquilidad que comenzó a fluir en mi, los mire y sentí como si ellos no fueran a dañarme realmente, era presa de una infinita paz, pero no por ello deje de gruñirles, el chico rubio comenzó a subir lentamente, y la paz en mi interior crecía, pero también el miedo y mi lado salvaje nuevamente surgía gruñéndole, pronto el joven de cabellos cobrizos también comenzó a acercarse. Tenía mucho miedo, tenía que huir de aquí y la única manera de hacerlo fue brincar, eso era un acto suicida, pero moriría fácil, no sabía que pretenderían hacerme ellos, tal vez buscaban venganza por lo que le había hecho a su amigo, no tenía más tiempo para seguir buscando una solución, así que si pensarlo dos veces me tire del árbol cayendo de puntitas al suelo, levantando un poco de polvo, mire todo mi cuerpo rápidamente, todo estaba perfecto, no me había herido y me sentía estupendamente bien… claro a excepción del ardor en mi garganta. Me entretuve un par de segundos admirando los nuevos acontecimientos, pero pronto recordé la razón por la cual había hecho esa locura… tenía que huir.

Comencé a correr con todas mis fuerzas lo mas lejos de ellos posible, pero ahí descubrí que no era la única que era monstruo, pues ellos se acercaban a mí con un velocidad impresionante, estaba completamente sorprendida, al parecer esta súper fuerza y súper velocidad era algo común entre la humanidad, y yo creyendo que era un monstruo. Aun así, seguí corriendo, pero parecía que ellos leyeran mi mente, pues antes de llegar a un lado, el chico de cabellos cobrizos estaba allí, yo le gruñí y mostré mis colmillos, haber si se intimidaba un poco y me dejaba salir, pero no funcionaba, así que nuevamente comenzaba la persecución, en ese mire un lago y sin pensarlo dos veces, intente llegar hasta la otra orilla- si había sobrevivido a la caída del árbol, posiblemente sobrevivirá a esto- y fue así, pues llegue intacta al otro lado, era impresionante todo lo que podía lograr hacer, era como si lo hubiera hecho toda mi vida. Como si hubiera perdido la memoria, pero mis instintos y costumbres siguieran allí, mi cuerpo sabia siempre que hacer, era sorprendente, pero n nuevamente ellos también pudieron hacer lo mismo que yo, intente pasar nuevamente el lago huyendo de ellos y lo logre, pero cuando casi llegaba al árbol del que me había lanzado, el cobrizo estaba ahí esperándome, y dijo algo que no comprendí, y pronto fui consciente de que todo era una trampa, pero cuando intente huir nuevamente, el chico rubio me embistió brutalmente tirándome al suelo, luego se paro lentamente conmigo entre su abrazo candado, intente patearlo pero al parecer, nada de lo que yo hiciera podría liberarme de su fuerte agarre, intente morder su cuello, o alguna otra parte de su cuerpo, pero nada, el chico cobrizo bufo y un gruñido se me escapo. Intentaba soltarme de su agarre, pero nada, hasta que dijo algo que me desconcentro totalmente.

-Nosotros podemos ayudarte y explicarte que SOMOS.-Lo dijo tan pasivamente, que no pareciera que tuviera a alguien entre sus brazos forcejeando por matarlo, pero había algo que me había paralizado aun mas… ese SOMOS, lo había mencionado como si me incluyera a mi… y no como si solo se refiriera a él y a sus amigos.
-Solamente tranquilízate y te soltaremos, pero tienes que jurar que no nos harás daño.-Dijo con una aterciopelada voz el chico cobrizo.

Deje de forcejear mientras acunaba una nueva ilusión… tal vez… ellos eran mi familia, y yo realmente permanecía a un hogar, una imperceptible sonrisa se formo en mi rostro mientras observaba a gente que realmente me apreciaba y quería cuidar de mí, me sentí como una completa tonta al haber intentado huir de ellos o de herirlos, pensé que ahora todo tenia lógica y sentido, pues mi mente se negaba a creer que gente tan bella como ella me hubiera seguido para otra razón que no fuera el tranquilizarme y llevarme a nuestra casa… o eso creía yo.